Esta historia, dulce historia, de Pastelería Pascuala comienza en 1945, de la mano de María Almansa, "Mariquita La Garbancera", como era conocida cariñosamente, toda una experta en hacer dulces y pasteles para festejar las bodas y eventos sociales del municipio de Navas de San Juan. María trasladó todo su saber a su nuera Pascuala Morales, que dio nombre e impulso a la empresa y que puso en marcha el despacho en 1967. Los dulces de Pascuala se hornean primero en otros obradores del municipio hasta que en 1981, y dada la popularidad de los mismos, pone en marcha su propio horno en el obrador donde hoy sigue con el buen hacer de la familia su hija Manuela González. Tres generaciones de mujeres de esta familia que han hecho posible un negocio presente ahora en las redes sociales y con venta on line pero que trabaja su repostería con el mismo valor artesanal de hace más de sesenta años y que le han valido la calidad certificada de los productos como artesanos. En 2006, tras haber sido evaluada positivamente, recibe el reconocimiento y la concesión de la Marca de Calidad Territorial "Condado Jaén, Calidad Rural" por cumplir los parámetros de calidad económica, social y ambiental establecidos.
Los pericones son un dulce muy típico de la zona al que solo Pastelería Pascuala sabe dar ese toque tan especial. Pascuala son también tartas, roscos de vino, empanadillas, galletas para mojar en la leche... sabor y tradición en un bocado.